22-25 enero 2024

Para empezar con nuestras exclusivas experiencias del año ‘24, un plato fuerte…

La penúltima semana de enero, disfrutamos con un selecto grupo de Socios del Club de una inolvidable vivencia en Suecia, aunando viaje, restauración, paisajes y pilotaje sobre hielo… ¿se puede pedir más…?

El Lunes 22 volábamos desde Barcelona a Östersund -Norte de Suecia, tocando a Noruega y cerca del Círculo Polar Ártico- con escala en Stockholm, dónde teníamos la comida en la VIP Lounge de Scandinavian Airlines.

En el aeropuerto de Östersund nos esperaba un shuttle de poco más de una hora por carretera -cubierta de nieve como tiene que ser- que nos acercaba hasta la bella población de Ăre, conocida estación de esquí. Tras check-in en el encantador Ăregarden Hotel, nos dirigimos al Supper Tottebo Restaurant, donde íbamos a disfrutar de una deliciosa cena, fusión de cocina típica escandinava con la centroeuropea y toques asiáticos.

El martes por la mañana, desayuno temprano, y shuttle de nuevo, esta vez de unos cuarenta minutos, hasta la Hunting Lodge -Cabaña del Cazador- junto al lago helado, donde el equipo de instructores iba a impartir el briefing, acompañado de un english tea, como preludio a los intensos dos días que nos esperaban. 

Una vez llegados al lago, nos esperaba una flotilla de Porsches 911 clásicos -modelo SC, la mayoría- preparados según las especificaciones del antiguo Grupo 4 de rallyes: despojados de todo peso superfluo, con todo el equipamiento de carreras y con los imprescindibles neumáticos de clavos. Como base de operaciones, una carpa-igloo perfectamente climatizada y acondicionada para los (breves…) descansos que íbamos a tener. El pilotaje empezaba con slaloms y prácticas de frenada y cambios de pesos sobre el hielo, con demostraciones de los instructores y prácticas con instructor al lado. Una vez asimilados estos principios, ya pasábamos a uno de los circuitos, donde ya íbamos a rodar compartiendo cada uno de los 911s entre dos pilotos, con tandas de unos 15’ cada uno pero con absoluta libertad para intercambiar coches o alargar o acortar stints, dependiendo del cansancio de cada uno.

A la hora de comer -sueca… 12:30- volvíamos a la Hunting Lodge para disfrutar de una comida ligera pero exquisita a base de ensalada y carne (una especie de goulash) con un cremoso y suavísimo puré de patatas. Esta breve hora para la comida nos permitía asimilar todo lo aprendido por la mañana, para volver al lago con ganas e ir mejorando paulatinamente nuestro car control, durante un par de horas más.

Cansados pero contentos, el shuttle nos acercaba de vuelta al Ăregarden para disfrutar de un par de horas de descanso hasta la cena, que sería en otro de los mejores restaurantes de la población, el APO (Asian Post Office), restaurante que aúna perfectamente la cocina escandinava con la asiática, con toques exóticos y picantes, y una atractiva presentación.

El miércoles, nuestro tercer día, empezaba temprano como el anterior, desayuno, shuttle, lago, cabaña del cazador y lago… para encontrarnos con un nuevo circuito, aprovechando la extensión del lago, mucho más rápido y mucho más largo -de unos 4 kms de cuerda, nada menos…- que iba a poner a prueba nuestras habilidades aprendidas el día anterior, a unas velocidades mucho más altas, curvas más rápidas, rectas más largas… espectacular!!!. A todo esto, la climatología -pese a hacer frío como no podía ser de otra manera- nos respetó los dos días y pudimos disfrutar ampliamente la experiencia…

Tras la comida en la Hunting Lodge, diferente menú pero ligera y sabrosa como el día anterior, nos esperaba un transfer para llevarnos directamente al aeropuerto de Östersund, donde tomaríamos un vuelo a primera hora de la tarde de vuelta hacia Stockholm. 

Una vez llegados a la capital sueca, nos dirigimos al Radisson Collection Strand Hotel, un precioso e histórico establecimiento estratégicamente situado en una de las entradas marinas de la ciudad, para tomar un descanso de una horita, tras hacer el check-in.

En cuanto a la cena, resultó una auténtica sorpresa para todos los participantes, tanto la elección del local -por su apariencia exterior, absolutamente desconcertante- como por su encanto -pese a su sencillez- interior. La cena, espectacular, empezando con ostras, terminando con langosta y pasando por tres platos intermedios buenísimos y con una presentación excelente y con ingredientes de una calidad extraordinaria… ¿¿¿dónde???: Triton Restaurang -Categoría Bib Gourmand en la Guía Michelin- y para más sorpresa gestionado por un equipo muy joven encabezado por un catalán, Adrià Lorenzo… absolutamente recomendable!!

El cuarto día, Jueves 25, amanecíamos temprano de nuevo, para tomar un vuelo desde Stockholm hasta Barcelona para aterrizar y dar por terminado nuestra cautivadora experiencia poco antes de la hora de la comida…

El año que viene, repetiremos… te apuntas???

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