Tras el éxito de nuestra primera actividad racing, realizada en MotorLand hace apenas tres semanas, había ganas de más y la segunda cita no sólo no defraudó, sino que superó con creces todas las expectativas.
Nos esperaba un día frio pero muy bonito y soleado en un Circuit d’Andorra – Pas de la Casa en perfectas condiciones gracias a las fuertes nevadas de este invierno. La intensa jornada empezaba con un briefing a cargo de Àlex Bercianos, instructor jefe del Circuito y piloto habitual de las G-Series, en el que se remarcaban los conceptos básicos del pilotaje sobre hielo, tan diferente de cualquier otra actividad racing tanto si es en asfalto como si es sobre tierra.
Tras el briefing, procedimos a una primera tanda de ejercicios al volante de unos Mazda 3 de serie dotados de neumáticos de contacto delante y neumáticos convencionales detrás, con los que practicamos el slalom, las frenadas y los balanceos de los coches jugando con el acelerador y el volante.
El siguiente paso fueron cuatro tandas de vueltas al circuito completo al volante de dos tracción delantera de competición dos pilotando un Ford Focus y dos sobre un Seat Ibiza. Con relación a los Mazda, aquí las sensaciones ya eran absolutamente racing, al ser coches preparados, más potentes y aligerados, que permiten unas reacciones mucho más rápidas y con menos inercias.
El remate de la jornada llegó con las cuatro tandas consecutivas de cada piloto con los protos GIAND del equipo PCR Sport. Estos prototipos de competición pensados específicamente para las G-Series cuentan con una relación peso/potencia apabullante, ya que con los 200 CV del motor de la Suzuki Hayabusa 1300cc exprimido para sólo 475 kgs de peso, las sensaciones están absolutamente aseguradas. Además, su rápido cambio de marchas secuencial y su tracción integral hacen de ellos unas máquinas muy efectivas.
Terminamos la jornada con una amena comida desgranando las emociones del día, en una de las salas privadas del histórico Refugi Fra Miquel (fundado en 1940) sito en el mismísimo Port d’Envalira.
En forma de breve resumen, se trata de una experiencia imprescindible para cualquier amante de la competición del motor, con una relación precio/diversión imbatible y a la que además le sumamos un riesgo absolutamente contenido con una dosis de aprendizaje sorprendente… ¡El año que viene, más!
